52.- Flores y letras

Ya luce espléndido en mi comedor (con aspirina incluida para que me dure muchísimo más, o eso dicen):

Ramo de birlochas

Las letras que habéis escrito, esas las dejo para mí sola, guardaditas entre páginas de un libro (además no necesitan pastillita para seguir vivas. Gran ventaja, por cierto) y releerlas cada vez que lo necesite. Hay medicinas que también se pueden tomar vía ocular y que llegan directamente al torrente sanguíneo. Sólo reconoceré públicamente que se me saltaron las lágrimas (aunque no a mí sola, ¿eh? 😉 y comparto aquí, junto con ese ramo gigante que me hizo tan pequeña (Érase una profe a un ramo pegada/érase un bouquet superlativo) algunas palabras, sólo algunas, que resumen parte de nuestro trabajo juntos. Transcribo dichas palabras tal cual me llegaron (ejem, ejem y requetejem):

“Hola profesora. Te entregamos este ramo junto con esta carta, agradeciéndole por todo lo que nos ha enseñado.

Te damos estos dos pequeños detalles como símbolo de nuestro cariño, respeto y por enseñarnos muchas cosas que en su momento desconocíamos. Y ahora salimos del instituto sabiendo aquellas cosas que nunca llegamos a pensar que íbamos a conocer y realizar todas las cosas que hemos echo en este grupo.”

(Monólogo interno de la profe: malditas “haches” que nos han llevado todo el curso por el camino de la amargura y eso que hemos hecho un gran esfuerzo por adoptarlas cuando era ortográfico hacerlo y repudiarlas si nos echaban por su cara bonita. Apunte para próximas generaciones de birlochas: trabajar más la cohesión interna de los textos de creación propia).

Queridas birlochas

¡GRACIAS!

Y recordad todo lo que comentamos en clase con este vídeo. Ains, esas pequeñas cosas que nos hacen taaaan felicesss. Un gran muack a todo 4 º Diver. ¡Podéis!

Fuente: xanketita en Youtube

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