
Nos encontrábamos en este momento dentro de lo más profundo del bosque de la narrativa. Estábamos frente a la trama, pero lo que no quería era que cundiera el pánico. Como os expliqué, llevabais en vuestros cestos unos ingredientes preciosos y sugerentes, que os iban a ayudar a salir airosos de este laberinto: los personajes y los espacios que ya habíais creado con anterioridad. Ahora teníais que practicar el resumen de una historia, así como la fragmentación de ésta en planteamiento, desarrollo y conclusión, es decir, había que saber organizar también su estructura.
Teníais que seguir soltando los dedos, las muñecas y las teclas con estos ejercicios de escritura en un proceso que os lleva ya de forma imparable a la creación de un fanfic final. Parece que no se os ha dado mal. Para muestra, estos botones.
David R. nos ofrece una historia que tiene muchos puntos en común con ciertos elementos de los cuentos clásicos:
Una noche Natalia Petrovna salió de su casa con herramientas de coser para ayudar a una amiga que no tenía hilo para enmendar unos tendidos. Cuando comenzó su camino se acordó de que si quería llegar más rápido a la casa de su amiga tendría que cruzar el Bosque de los Murciélagos.
Con mucho arrojo se adentró en el bosque, fue entrar durante tres minutos y ya sentir el frío que entra hasta en los huesos de tal manera que cuando salía el aire de su boca parecía humo de una cafetera.
Con ese malestar que se le produjo en el cuerpo, Natalia prosiguió su camino. Aunque casi se rindió cuando una bandada de murciélagos se abalanzaron sobre ella, con suerte se pudo defender con sus tijeras.
Con la noche en su punto más álgido, Natalia se sentía condenada para el resto de su vida. Pero antes de perder la cordura observó una luz angelical que le tapaba un poco los árboles, corrió con un gran desespero y vio que esa luz era el farolillo de la casa de su amiga.
Antes de llamar a la puerta se alegró de dejar atrás la oscuridad de la noche y del pequeño mundo helado de ese bosque nocturno.
Samuel sigue fiel a su monje, la ciudad sagrada y un fabuloso arruí:
Érase una vez un monje que vivía en la ciudad sagrada. Era un lugar extraño, algo misterioso, al igual que el monje, ya que todo el mundo sabía que escondía algo pero no conocían lo que era; hasta que un día los dioses se enfadaron por no saberlo, por eso sembraron el caos en la ciudad, arruinando cultivos con lluvias torrenciales y huracanes. Ahí es cuando el monje actuó y sacó al arruí más poderoso de todo el universo. El arruí invocó a un ejército entero de todo tipo de cabras y así es como derrotaron a los dioses de ese lugar. A partir de ese momento toda la ciudad se lo agradeció y le recompensaron con un banquete en el que participaron todos.
Alejandro siempre ha sido y es un chico muy realista. No le gustan las historias con demasiada fantasía, él prefiere relatos más a pie de calle y esto precisamente es lo que nos ha ofrecido: una dosis de neorrealismo, por supuesto, con final feliz, porque hay que ver cuánto os gustan las conclusiones dichosas y los desenlaces cerrados:
Pablo es un chico que nació en Madrid, desde pequeño ha sido amante de los deportes, y en especial el fútbol. Le encanta ver todos los partidos que hay desde que era pequeño. Su equipo favorito siempre ha sido el Real Madrid y su jugador favorito es Íker Casillas.
Pablo siempre ha soñado con conocer a Íker Casillas y jugar tan bien como él. Un día, mientras jugaba con sus amigos, un hombre se fijó en él y vio su potencial como portero. Ese hombre era el director deportivo del Real Madrid.
Fue a Valdebebas a realizar una prueba y les gustó mucho, pero un hombre que había allí con su hijo comenzaron a poner nervioso a Pablo para que no lo hiciera bien, y este falló varias veces, aunque los entrenadores vieron su potencial y lo contrataron como portero júnior del Real Madrid.

Ana, que es una fan de todo lo oriental, continúa con su personaje Jung, la papiroflexia y ha introducido un elemento nuevo, un halcón:
Jung-Kook sale mucho para contar sus historias y siempre que vuelve se encuentra con su cocina-comedor destrozada, parece que hay algún tipo de alma merodeando por allí o quizás sean sus mismos papelitos que se alimentan de objetos. El halcón viene siempre y mira a las figuras de papiroflexia con cara de querer devorarlas, él sigue siendo manso aun así. Jung-Kook no para de preguntarse por qué un halcón viene a su casa y le da de comer, pero le agrada su compañía.
No sé por qué, pero creo que Sanaa ha proyectado en su trama algunos sueños que a ella misma le gustaría cumplir. Lo único que espero es que ni se le ocurra acercarse a ese lugar maldito que se encuentra en Japón:
Este relato trata de una adolescente de 17 años, llamada Alessia Russo, que, el día de su cumpleaños escuchó una voz que la llamaba. Le decía que la siguiese, que con ella estaría más feliz. Ella pensó que se estaba volviendo loca, las voces siguieron en su cabeza y cada vez más unas inmensas ganas de seguirlas la invadían.
Un día se acercó a sus padres para hablar con ellos y les mencionó que quería viajar, que ya era mayor de edad. Sus padres se lo pensaron muy bien, aceptaron, al fin y al cabo era su hija única y no estaba mal darle un regalo de cumpleaños.
A la semana siguiente se fue a Japón. Viajó por entre los pequeños pueblos hasta que llegó a uno llamado Hechizo Diabólico, le llamó la atención su nombre y entró.
Desde ese día nada se volvió a saber de ella, sus padres hicieron lo imposible para encontrarla pero no consiguieron nada.
Séfora, la que resurge de las cenizas como el Ave Fénix, ha escrito una trama que me recuerda vagamente a una película que me encanta, El laberinto del fauno. Me identifico con su vecindario, por eso yo también la animo:
Dayana cogió un vuelo a Londres para recoger las cosas de sus padres desaparecidos de la empresa. Un vagabundo la paró por la calle y empezó a gritar que ella era la elegida. No entendía nada pero todo el mundo la miraba raro y eso a ella la hacía sentir insegura.
Hasta que un vecino le contó que se referían a que era la elegida para entrar al laberinto y sacar a todo el mundo de esa casita. Ella estuvo toda la noche pensando en aquello. ¿Y si sus padres se hubieran quedado atrapados dentro de esa casita? Esa era la pregunta que más le pasaba por la cabeza.
A la mañana siguiente estaba decidida a entrar para comprobarlo. Para su sorpresa, al llegar a la entrada de aquel laberinto todo el vecindario estaba allí, sonriendo y gritando “ánimo” o “tú puedes”. Ella tenía esperanza. ¿Qué podría pasar?

Vamos a tomar todos fuerzas para dar el do de pecho en las tres últimas tareas que nos quedan. Estoy muy orgullosa de vosotros. La mayoría estáis trabajando con una constancia que valoro mucho, sobre todo en estas circunstancias tan extrañas que estamos viviendo. No puedo poner aquí todo lo que me enviáis, solamente una muestra representativa de vuestro trabajo, porque de otro modo ésta sí sería entonces una historia casi interminable. Ahora bien, os publique o no vuestras tareas, quiero que sepáis que estoy muy contenta de teneros como alumnas y alumnos.
Nos vemos en el siguiente post, birlochas.
Chicos y chicas de Birlochas, estáis haciendo un trabajo maravilloso -como vuestros cuentos-. Estoy enganchadísimas a vuestros personajes, vuestras tramas y estoy deseando poder leerlas todas seguidas. Mi enhorabuena, y seguid así. ¡Ah! y enhorabuena a vuestra profesora también.
¡Qué bien leerte por aquí! Es tan poco frecuente ahora el uso de los blog, que ya los comentarios son joyas aparte. Se lo diré a ellos, por supuesto. Mil gracias.